jueves, 21 de agosto de 2008

Cuando alguien parte...

Desconozco el autor, pero hay una frase que dice que "cuando naces todos ríen y tu lloras, vive la vida de tal forma que cuando mueras todos lloren y tu rías"

No les he terminado de contar sobre mi primer día que salve una vida, pero hoy reflexiono y les quiero compartir el gusto de haber conocido a una persona de esas que le dan sentido a la vida, su nombre es Edgar y perdón sino se su apellido, pero lo conocí en donde todos nos halábamos por sobrenombres.

Yo era joven y el aún más, en el plano social podemos decir que pertenecía a la clase baja, estudios básicos truncos pero con ganas de vivir, lo conocí en el parque Acuático, las platicas con él siempre fueron agradables, era un ser lleno de curiosidad y con ganas de vivir, el decía admirarme, pero la verdad yo lo admiraba a él.

No fuimos intimos amigos, pero si buenos amigos, el me confiaba lo que no hacia con otros , sus sueños, yo sabía la responsabilidad que eso implicaba y por ello siempre le di aliento y consejo en la medida de mis posibilidades.

Él me pedía que le contara de mi vida en la universidad, de para que servía lo que yo estudiaba, de que hacía, creo que puedo definir mi relación con él en tres grandes eventos.

En primer lugar el día que llego con la noticia de que había decidido continuar con sus estudios, el no había concluido la secundaria así que empezó de nuevo para poder seguir con la prepa, alguna vez le ayude con tareas y dudas, pero para mí lo importante es que él se estaba atreviendo. Su circulo social le decía que no era el camino, nadie lo había echo el tampoco lo necesitaba, pero siguió. Yo me fui del parque y dejamos de frecuentarnos, muchas cosas pasaron en mi vida y también en las de él, se caso y tuvo hijos me enteré.

Un par de años después se presento el siguiente evento, por azares del destino, en una mudanza termine siendo su vecino, en realidad mi mamá, yo seguía yendo y viniendo por la escuela, así que me lo encontré y grande fue la alegría de verlo pero más grande fue mi alegría y admiración cuando me dijo que estaba en la universidad, estaba trabajando y alimentando a su familia y sacando adelante una carrera. No era ni el primero ni el ultimo, pero lo estaba haciendo y no todos tenemos el privilegio de conocer alguien así.

El tercer evento y no me atrevo a decir que sea triste, fue hace un par de días, me entere vía telefónica que había fallecido, su tiempo en esta dimensión había terminado no más de 30 años tenía y deja a dos hijos, situación difícil. Hoy por la misma vía me entero que su adiós a estado lleno de llantos y mucha, mucha gente, se que cada uno de esas personas es un reflejo de su obra, el no fue presidente, el no fue un medallista olímpico, no murió por la patría, solo tuvo la capacidad de estar aquí y tocar el corazón de muchas personas, eso lo hace grande y me cuesta trabajo sentirme triste, por que siento más un gran privilegio y agradecimiento a Dios de haberme permitido caminar a lado de una persona como Edgar. Se que el no me leerá y tal vez tampoco quienes más lo amaron pero este modesto post es un pequeño homenaje a un gran hombre.


-J

4 comentarios:

  1. Eso es lo importante pinky, dejar sembrada nuestra semillita en este mundo para cuando partamos...alguien nos recuerde como tu recuerdas a edgar ... :)

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  2. Anónimo8:23 a.m.

    Gracias por la conmovedora historia. Un gran homenaje a Edgar, una gran persona.

    besos

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  3. Se dice por ahi que ha esta vida se viene, a sembrar un arbol, a escribir un libro y a tener un hijo, y considero que esta persona dejo hecho todo... y sobretodo... te dejo una enseñanza... besos donde quiera que este...y posiblemente no te lee... pero esta contigo en el recuerdo.

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  4. Vaya, tremendo homenaje el que le has hecho. Seguro que cuando todos lloran, el se estará riendo por algún lugar.

    Abrazos

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